Pues sí. Parece que esto de innovar no era solo cosa de gurús o iluminados 🙂
Las personas innovan, crean y mejoran. Individualmente o en grupo. En las empresas, en los barrios o en las calles. Con internet y las tecnologías como aliados.
Las iniciativas se multiplican y les ponemos nombres diferentes para intentar entenderlas, agruparlas o clasificarlas: innovación social, emprendimiento social, consumo colaborativo o “sharing economy”.
Incluso nos atrevemos a modificar la forma en la que intercambiamos nuestros activos, a inventar nosotros mismos como será el dinero del futuro.
Tal y como se concluyó en el evento sobre consumo colaborativo celebrado en ESADE el pasado mes de Mayo, estas iniciativas serán clave para entender la economía de los próximos años:
- El consumo colaborativo ha llegado para quedarse, porque se trata de un cambio cultural y social.
- Sin confianza no hay transacciones, ni negocio.
- Este tipo de iniciativas puede suponer el “despertar” de empresas tradicionales o sectores en crisis.
- La escala ideal es la ciudad, el mayor espacio de innovación que jamás haya existido.
- Las políticas públicas serán clave para legitimar y dar seguridad a estos proyectos.
Y también en España, donde ya tenemos un fantástico abanico de opciones en ámbitos muy diversos: energía, transporte, turismo, servicios domésticos, …
Como sociedad, tenemos una gran oportunidad para potenciar ese emprendimiento “práctico”, que resuelve problemas comunes e importantes. Los emprendedores sociales ya están conectados en la red, compartiendo, colaborando e incluso estableciendo sus propios modelos, estándares y guías. Se han puesto manos a la obra, resolviendo problemas locales con visión global, luchando contra la pobreza utilizando las tecnologías.
El informe “Bridging The Pioneer Gap” de The Aspen Institute sobre incubadoras, aceleradoras e inversión en este tipo de proyectos lo deja bastante claro:
- La filantropía sigue siendo necesaria como fuente de ideas e iniciativas, aunque no es garantía de éxito cuando se llevan a cabo en forma de proyectos.
- El partnership con las empresas e inversores privados es conveniente para que las iniciativas sobrevivan.
- Es tan importante aprender de los éxitos como de los errores. Por ello es vital gestionar adecuadamente todos los datos y el conocimiento asociado a los proyectos.
Y como siempre, debemos entender que en el cambio de época que vivimos, “time lost is far more critical than money lost”.